Los productos destinados a las mujeres respecto a sus equivalentes de igual marca orientados a los hombres se diferencian en un 11,35% más. De acuerdo a la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), este “impuesto rosa” es un sobreprecio que tributan las versiones femeninas de algunos artículos.
El informe, que se hace desde hace cinco años, analizó precios en 515 puntos de ventas de todo el país, sobre cinco tipologías de productos y 14 artículos de uso habitual.
La inequidad salarial entre el hombre y la mujer llega al 30%"Scaneamos los productos en los puntos de venta y obtenemos las diferencias", explicó a Télam el economista Damian Di Pace, director de la consultora Focus Market, responsable del estudio.
Así identificaron que una colonia para niñas es un 13,7% más cara que la que fue pensada para niños; que las máquinas de afeitar rosadas son un 8,7% más costosas que las azules, y que el mismo producto de otra marca tiene un precio 3% más alto ya que se identifica para “woman” (mujer) y las otras tienen la etiqueta “men” (hombre).
En el informe del año pasado, CAME ya había encontrado diferencias en perjuicio de los bolsillos de las mujeres en desodorantes spray y analgésicos, rubros que este año aparecieron con el mismo precio, sin distinción de género.
"Vemos que año a año se van emparejando los precios, gracias a las campañas de sensibilización de las organizaciones de mujeres y de empresas comprometidas. La secretaría de Mujeres Empresarias de CAME hace campañas sobre economía de género, son precursoras en ese sentido", destacó Di Piace.
La Cámara va a presentar este estudio el próximo 19 de marzo en el Congreso de la Nación donde ya hay dos proyectos de ley presentados para quitar el impuesto rosa y no tributar IVA en elementos de higiene menstrual. Uno es de la senadora Cristina Fiore Viñuales (Partido Renovador de Salta) y otro de la senadora Lucila Crexell del Movimiento Popular Neuquino.
"El tema del IVA no es menor, si tenemos en cuenta que en nuestro país es del 21%, el más alto luego de Uruguay, en un contexto donde las mujeres ganan, en promedio, un 30% menos que los hombres", analizó el economista.
"Hay costos que están asociados al ciclo reproductivo de la mujer. No poder afrontar estos gastos implica una disminución notable en la calidad de vida de las mujeres. Una demanda feminista es que existan políticas publicas orientadas a garantizar a las mujeres, durante todo su ciclo de vida, el acceso a los elementos necesarios en cada momento de su ciclo reproductivo", aportó la economista Eva Sacco del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
En tanto, Magalí Brosio de Economia Feminista, consideró que los productos de gestión menstrual "no son considerados de primera necesidad y por tanto pagan altas tasas de impuesto al valor agregado, lo cual encarece su precio final y dificulta el acceso a mujeres de bajos recursos", y recordó que desde la organización realizan la acción #MenstruAcción "a raíz de la cual se presentaron proyectos de ley que buscan una quita de impuestos sobre este tipo de productos así como también la provisión gratuita en hospitales, escuelas, cárceles".